Volvemos con una de las secciones favoritas: las colaboraciones de nuestros Compañeros de Viaje. Esta vez se trata de una entrada especial por dos motivos: primero. la autora de este relato es una gran amiga, Vicky Vera, a la que animé incansablemente para que no dejase escapar esta oportunidad de voluntariado; segundo, porque lo que aquí se narra pone de manifiesto la labor solidaria que lleva a cabo la onegé Zerca y Lejos con el objetivo de ayudar al desarrollo de comunidades afriacanas en Camerún.
Además de sus vivencias como voluntaria, el relato de Vicky consigue transportarnos al sur de Camerún, al centro de la organización, mostrándonos la mentalidad de la población local y el impacto que tiene sobre ellos las ayudas que les proporciona la onegé.
Siempre he pensado que viajar es la forma más sencilla e intensa de conocer el mundo, y este mes de estancia en Camerún no iba a ser menos. El sur de este país está muy lejos de ser el lugar turístico que suelen buscar los que visitan Camerún; sin embargo, esto no le resta ningún encanto pues aquí se encuentran algunos de los paisajes más bonitos que he visto nunca. La Reserva del Dja, un paraje único para disfrutar de la selva africana en su esencia más pura y, con un poco de suerte, poder conocer a los “baka”. Esta etnia de pigmeos simboliza la verdadera vida de la selva, y no han dejado de darnos lecciones durante nuestra estancia allí con la onegé Zerca y Lejos.
Nuestros coordinadores y otros voluntarios de la organización con los que hemos trabajado allí en campañas sanitarias, educativas y de habitabilidad nos habían contado de antemano que nuestros “bakukis” -como los llamamos cariñosamente- eran especialmente maravillosos. Con una cultura muy diferente a la nuestra, nos han mostrado una forma muy pasional de disfrutar del momento de la vida en el que vivimos, sin complicarnos mucho por lo que pueda venir. Esta filosofía también tiene consecuencias negativas y es la causa de algunos de sus problemas sociales, y sobre todo sanitarios, puesto que estamos hablando de un país con una mortalidad infantil de las más elevadas del mundo. Problemas -entre muchos otros- que desde esta onegé se intentan solucionar, no tanto de una forma inmediata, sino con campañas para la educación y adopción de hábitos llevadas a cabo con la ayuda y la colaboración de los propios baka. En mi opinión, esto es lo que conseguirá que a largo plazo ellos mismos consigan hacer frente a la situación, y lo que sin duda hace especial a este grupo de trabajo.
Como voluntarias, y como tantas y tantas veces he pensado, es incontable todo lo que podemos llegar a ganar en aspectos personales. La tolerancia a los demás, hacia la forma de pensar y de afrontar la vida, la empatía, la fortaleza y las inmensas ganas de vivir junto a los que nos rodean. Todo ello sin importar la parte del mundo en la que nos encontremos, pues ser voluntario no es una experiencia, sino una filosofía de vida, y África, un país que te cambia y se queda para siempre en el corazón.
Ninfa Biscari y Ginebra Penya, gracias por estas fotos tan bonitas.
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hola!!! Me ha gistado mucho tu articulo, creo que el voluntariado es una de las formas mas bonitas de viajar, ya he tenido la oportunidad de hacerlo y me lo haría nuevamente, quiero saber cómo hicisteis para realizarlo ya que me llama mucho la atención!! Gracias
Buenas María! Estábamos esperando a que Vicky contestase, pero no ha podido hacerlo. La mejor manera de informarte del proceso es contactando directamente con la oenegé Zerca y Lejos . Ellos sabrán darte toda la información y con suerte ayudarte para que participes en alguno de sus programas de voluntariado!