No hace mucho nos envió sus experiencias viajeras por Suiza, esta vez María Ángeles cogió la mochila y a su familia para visitar una de las joyas nórdicas: Suecia. Incansable aventurera, define esta tierra como naturaleza serena. Os dejamos con su bitácora de esta semana llena de experiencias en tierras suecas.
Mi familia y yo hemos tenido la gran oportunidad de estar perdidos en una zona del país poco turística, donde hemos saboreado el encanto de saber que estábamos ante algo original, sin aditivos. Hoy en día vivir un episodio viajero así cada vez cuesta más. Pero a la vez nuestro enclave permitió acercarnos a lugares turísticos que uno tampoco puede dejar de conocer. Me he decido a compartir esta nueva aventura porque pienso que hay muchas posibilidades de conocer otros países fuera de los paquetes turísticos convencionales, a veces tan manidos.
Teníamos ganas de viajar a Suecia… y el destino lo quiso. Primero una oferta de Iberia Express a Gotemburgo (el único inconveniente fue la hora tardía del viaje). Después, una conversación casual con una compañera de trabajo de mi marido que está casada con un chico sueco. En dos días nos decidimos: ¡este año Suecia!
Dada la hora de llegada a Suecia, las 23:30, nos quedamos esa primera noche en un hotel muy funcional y muy “Ikea”, cerca del aeropuerto (3 km): Flygplatshotellet. Lo habíamos reservado desde España (unos 95 € la habitación doble) y dispone en la recepción de una pequeña cocina-autoservicio donde se puede tomar un sándwich, zumo, yogur, café… El taxi desde el aeropuerto al hotel nos cobró unos 25 €. Desde luego fue una opción muy acertada, de noche todos los gatos son pardos.
Por la mañana, el recepcionista del hotel, muy amablemente, nos llevó de nuevo al aeropuerto para alquilar un coche (por cierto no son nada caros: un coche medio, tipo VW Golf o Audi A3, 10 días unos 500 €, con seguro a todo riesgo). En una hora y media (preparaos para conducir a velocidades muy moderadas) estábamos en Ribbingstorp, la finca donde se ubica nuestra cabaña en medio del bosque sueco, rodeados además de cultivos de trigo y un criadero de caballos.
Además de nuestra cabaña, la familia sueca que nos la alquiló tiene en sus tierras un Bed & Breakfast rural. La finca de Ribbingstorp está situada a 6 km de la localidad de Vara, en la provincia de Västra Götaland.
¡Qué decir de nuestra cabaña! Llamarla así resulta romántico pero por dentro era una casa en toda regla: las imágenes hablan por sí solas. Destacar su decoración típica de estos países nórdicos y que está tan de moda. Y por su puesto su chimenea, una joya que nos hizo disfrutar de noches acogedoras.
Como he dicho antes, a unos 6 km se encuentra la pequeña localidad de Vara, con la que dicen que es la mejor cafetería de Suecia: Conditori Nordpolen, y con tiendas para abastecerse todo lo necesario y por supuesto de las viandas típicas del país: el salmón y las albóndigas. En este sentido, destacar el plato casero de alce que tuvimos la oportunidad de degustar, cocinado por Birgitta Eliasson, la dueña de la casa.
También nos invitó la familia de Birgitta a asistir a un concierto para violín, violonchelo y piano que tuvimos el placer de disfrutar casi a nuestra llegada.
Además de disfrutar de un entorno tan idílico, desde el campamento base y con el coche de alquiler hicimos varias excursiones.
PRIMERA ETAPA: Gotemburgo y alrededores.
A parte de la ciudad en sí (que es la segunda de Suecia, después de Estocolmo), visitamos pueblos costeros como Fjällbacka, Kungälv, Tjörn (donde está el Museo Nórdico de Acuarela) y Smögen.
- Gotemburgo
Parte del día lo pasamos en el parque de atracciones Liseberg, en el que su ambientación parece que te lleva a principios del siglo XX. A nuestros hijos les encantó sobre todo por las montañas rusas.
- Fjällbacka: quizás os suene por la serie de televisión y las novelas de Camila Läckberg.
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SEGUNDA ETAPA: Västragötaland interior.
Hay muchas opciones. Todas cercas unas de otras. Las que más nos gustaron y que hicimos en el mismo día fueron Lidköping, Spiken y Läcköslot.
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Lidköping:La atraviesa el río Lidan y es una ciudad encantadora y acogedora. En el centro está la plaza central que la preside una cafetería antiquísima que trajeron arrastrando por el hielo desde otra ciudad. Se llama «Radhuset”.
La ciudad ofrece restaurantes con menú del día a buen precio. En el centro de la ciudad junto a la Radhuset os recomiendo «Skafferiet» y el Bakgarn justo al otro lado de la plaza y cruzando el río. Para tomar un café y un pastel, sin duda, Henrys Bageri
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Spiken: Es un pequeño pueblo pesquero a orillas del lago Vänern en el que hay varios puestos en los que ahúman el pescado. Podéis comer en alguno de estos sitios o en el restaurante «Sjöboden» que está justo al principio.
- Läcköslott: Es un Castillo del siglo XVII. Está a orillas del lago Vänern y de ahí parten barquitos que hacen un recorrido por el lago. Muy recomendable.
Otros lugares que visitar (excursiones de 1/2 día o un día)
- Kinnekulle: Es una montaña con mucha biodiversidad y perfecta para hacer senderismos y rutas en bici. En lo alto de la montaña (no es muy alta) hay un restaurante con unas vistas impresionantes.
- Falkängen: Es un pueblecito en el que hay una calle que todas las casas son comercios de artesanía.
- Skara: Cuenta con la catedral más antigua de Suecia (datada en el año 1000). Dentro de Skara, también podéis visitar Fornbyn.
- Varnhem: Conjunto histórico medieval muy bien conservado.
…y Copenhague
Aunque un poco lejos de nuestra base en Ribbingstorp, ambas capitales sueca y danesa bien merecen una visita. Fueron 4 horas de ida y otras cuatro de vuelta para cada una de las ciudades pero desde luego que mereció la pena el palizón. Para pasar a Dinamarca lo hicimos por el conjunto puente-túnel que comunica Malmö con Copenhague. Hay que decir que el peaje es un poco caro, 50 euros la ida y 50 la vuelta, pero es la forma más rápida de pasar de un país a otro.
Tuvimos también tiempo para relajarnos y disfrutar de nuestro bosque particular y de la piscina climatizada que tienen los dueños de la casa.
Han sido unas vacaciones diferentes, a un precio asequible. Hay que tener en cuenta que el alquiler de la casa rural ha sido muy barato en comparación a los precios a los que estamos acostumbrados en España. Me imagino que por no ser una zona muy turística.
Hemos podido palpar de cerca la cultura sueca y algunos aspectos nos han sorprendido siempre gratamente.
Queríamos agradecer una vez más a Thomas (un sueco con acento extremeño y con una educación exquisita) y a Ana, su esposa, que esto haya sido posible. Nos lo han puesto muy fácil para hacer de este viaje unos días imborrables en nuestra memoria. Y cómo no, también a Birgitta y a su marido, al que cariñosamente le pusimos el apodo de “tío John” (por aquello de su indumentaria de trabajo y maquinarias de trabajo para el campo, de una marca conocida) por abrirnos su paraíso y compartir con nosotros el esfuerzo del trabajo que se palpa en cada rincón de sus tierras escandinavas.
Hola! Me ha encantado el post. Un viaje un viaje de ensueño. Nosotros marchamos para allá en unos días, nos alojamos en una casa junto al mar cerca de Tjörn. ¿Qué nos recomendarias de ver cerca de allí según tu vivencia? Gracias
Hola!! Gracias por leer nuestro post. Nos hace ilusión que a alguien le sirva nuestra experiencia. Vais a un sitio precioso. La costa tiene un encanto especial, cualquier pueblo, cada rincón son preciosos. Nosotros disfrutamos mucho alrededor de Fjällbacka, sobre todo porque mi hija y yo leemos las novelas de Camilla Lackberg y reconociamos los rincones que describe en sus novelas. Te recomiendo que leas una durante el viaje. También comer salmón fresco al peso en los puertos sobre todo de Spiken. Disfrutad de la naturaleza con toda su esencia. Es un país grande y por las autopista no se puede ir a más de 80km/h por lo que no conviene hacer excursiones de grandes distancias. A nosotros nos encantaría volver. Buen viaje.