Ayer vivimos una fiesta única en Extremadura. La Encamisá de Navalvillar de Pela aspira a convertirse en Fiesta de Interés Turístico Nacional y no es para menos: los peleños se entregan a San Antón y demuestran una hospitalidad encomiable hacia los forasteros que se acercan a conocer esta celebración.
Tras el pregón en la Plaza del Ayuntamiento, los más de 2.000 jinetes que allí se dieron cita completaron tres vueltas al circuito preparado para la carrera. Liderados por un joven tamborilero, los peleños enfilaron el recorrido en el que no faltaron los gritos a San Antón, el vino y los biñuelos (pestiños) que ofrecían los vecinos del pueblo en la puerta de sus casas. Sorteando las numerosas hogueras encendidas en las calles de la localidad, los caballos avanzaban en multitud como si de una caballería se tratase.
Tras vivir esta espectacular fiesta, solo nos queda decir: ¡Viva San Antón Bendito y vivan los peleños!
