+34633592611 [email protected]

Lisboa – Viaje fotográfico por la ciudad de las siete colinas

Podría ser la típica estampa lisboeta: un tranvía bien conservado surcando sus calles empedradas; de hecho lo es, exceptuando una rauda paloma que se coló en mi instantánea. Pero esta imagen también me ha servido de reflexión por los elementos que aparecen en ella. Describe una ciudad donde convergen lo antiguo y lo moderno. El taxista al volante de un Merdeces clásico reta al conductor del tranvía en un semáforo próximo. Porque así es Lisboa, un lugar donde se palpa un misterioso contraste de épocas.

Tranvía lisboa
Volando como un tranvía

Quizá a primera vista parezca que la ciudad se haya quedado anticuada, anquilosada en el tiempo. No me parecería raro que, después del tremendo azote del terremoto del 1755 y su posterior reconstrucción, los lisboetas se obsesionasen con mantener todo el patrimonio intacto. Su empeño les llevó a convertir los escombros de los edificios en baldosines para el acerado.

Lo cierto es que Lisboa te confunde con sus vestiduras. Bajando por la Avenida da Liberdade, todo son tiendas lujosas, boutiques, sucursales bancarias, y alguna que otra tienda de postín. Uno solo necesita tomar una de esas bocacalles para, después de subir tremendas cuestas, acabar en el Barrio Alto. El paisaje cambia: entras en una ciudad completamente distinta, callada, austera, y muy pero que muy empinada. Antiguos comercios y fachadas de viviendas ‘made in Portugal’ inundan el entramado de sus calles.

El alma lusitana es tranquila por naturaleza. Unamuno atribuía a la sociedad portuguesa «una tendencia suicida que proviene de las saudades, ese sentimiento de pesimismo atroz que el portugués lleva dentro». Creo que estaba en lo cierto. No digo con esto que nuestros vecinos ibéricos anden todo el día con la cabeza gacha, pero sí que noto cierta nostalgia en su carácter. Pero al igual que Unamuno, uno se enamora del encanto lusitano: sosegado y gran amante del silencio.

La ciudad de las siete colinas necesita de unas piernas en forma y un culo de la dureza de sus baldosines para el que quiera conocerla a fondo. No se arrepentirá de hacerlo, porque detrás de cada esquina se esconden mosaicos de azulejos, arte urbano en su expresión graffitera, y una rica historia que circula por los raíles del tranvía.

¿Todavía no nos sigues en Facebook? Súmate a nuestra comunidad viajera de Facebook –> Un Compañero de Viaje y cuéntanos que te ha parecido este paseo fotográfico por Lisboa.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Ponte en contacto con nosotros

Si tienes cualquier duda/pregunta sobre algún viaje, ponte en contacto con nosotros y estaremos encantados de resolverla al momento.

+34 686 52 08 75

[email protected]

Categorías del blog

Suscríbete a nuestra newsletter

Verificado por MonsterInsights